Thursday, March 20, 2008

El mejor jugador del mundo: Andrea Pirlo

Il Genietto di Flero

Debutó en Brescia cuando apenas había cumplido los 15 (en la temporada 94/95). Era enganche como su ídolo de toda la vida, Roberto Baggio (que compartía cartel en las paredes de su cuarto con Maradona, Platini, y Guardiola). Jugó un solo partido ese año; su corta edad hacían imposible su adaptación a un equipo que peleaba el descenso y terminó perdiendo la categoría. Al año siguiente no volvió a aparecer en la primera del equipo que disputaba la serie B, pero en la 96/97 ya se convirtió en una pieza habitual en la formación que salió campeón de la segunda categoría italiana, y logró el tan ansiado ascenso. Con apenas 18 años tenía la responsabilidad de ser el enganche y el pilar fundamental de un equipo joven y escaso de figuras (Cristiano Doni, Bonazzoli, Darío Hubner) que hizo lo que pudo en su excursión a primera. A pesar de irse al descenso (por solo un punto), Moratti le echó el ojo, y se lo llevó al Inter. Allí pudo conocer a su gran ídolo il Codino, y hacer sociedad con quien sería su gran compañero en los primeros años de su carrera, Nicola Ventola. Inter (que había ganado la UEFA) venía de la frustración de un subcampeonato controversial perdido por un penal no cobrado de Iuliano a Ronaldo. En un plantel de estrellas como el que tenía el Inter (los citados Ronaldo y Baggio, Djorkaeff, Simeone, Zamorano, Moriero, Paulo Sousa) se le hacía difícil lograr continuidad. Igualmente jugó la nada despreciable suma de 30 partidos entre liga y Champions League. Para foguearlo lo mandaron al Reggina (que solo contaba con Francesco Cozza, Mohammed Kallon y Gustavo Reggi(?)) donde mejoró todos los nros. (presencias y goles) que llevaba hasta allí. Luego llegó el juvenil italiano. En la sub21 hizo dupla con su amigo Nicola Ventola, y fue ahí donde conoció a muchos de los que terminaron siendo sus compañeros: Gattuso, Ambrosini (en Italia y el Milan), Zambrotta (en la mayor) y su compañero en la Reggina, Roberto Baronio, entre otros. En ese equipo jugaba un delantero del Milan, que hizo poco en el fútbol de elite y fue fundamental en aquel equipo, Comandini. Italia logró el título, ganandole a grandes equipos como Francia (Thierry Henry, Gallas, Trezeguet, Frederic Kanouté(!!), Silvestre, Willy Sagnol, Landreau, Saha) con gol de oro de Pirlo en el minuto 5 del segundo suplementario en la clasificación, e Inglaterra (Lampard) en la fase final (gol de penal). El único partido que Italia no pudo ganar en aquel torneo fue un empate ante el local Eslovaquia en el que Pirlo fue expulsado, volviendo en la final ante República Checa, donde il Metronomo hizo los dos goles de su equipo y se llevó el Europeo. En los Olímpicos de Sydney, dos meses mas tarde, Italia perdió su chance ante España (en cuartos), que le tenía la medida tomada a Pirlo (ya le había ganado un amistoso previo a la fase final del Europeo) con un doble pivote rústico y bien agresivo (Marchena y Albelda).

A la vuelta, Andrea tenía poco lugar en un plantel del Inter que tenía demasiados jugadores (Seedorf, Recoba, Dalmat, Jugovic, Di Biagio, Farinos(?), Pacheco(?)), y una crisis interna por la grave lesión de Ronaldo, acaecida en la temporada anterior. Volvió al Brescia, donde se reencontró con Robbie Baggio y lo empezaron a poner de 5 para juntar ambos cracks.

Su nuevo puesto - mérito del gran maestro mencionado en el post anterior Carletto Mazzone (que como dijimos era la posibilidad generosa de espectáculo que daba un equipo chico en su deseo de trascender el cálculo clásico de una liga hasta ahí traicionalmente rácana) fue una idea-sugerencia de Pirlo (hacia Ancelotti, su técnico en el Milan), idea que tuvo cuando vio que las cosas en su nuevo equipo a la temporada siguiente - destino que había elegido por la "herida abierta" que le causó estar relegado en el Inter durante tanto tiempo - tampoco le resultaban tan fácil. En Brescia se despidió con una clasificación a la Intertoto, y una efímera pero inolvidable sociedad con su ídolo.

Desde ese momento (su reposición en la cancha) se dio la consolidación definitiva del Genio, que a partir de ese momento se transformó en titular inamovible, y eje indiscutido por donde pasa todo el fútbol del Milan (equipo que resurgió de un periodo de ostracismo y transición), y revolucionó el fútbol italiano, revolución que por supuesto se llamó: REVOLUCIÓN PIRLO. En Milanello ganó dos Champions League, un Mundial de Clubes, y 2 Supercopas de Europa. En la Selección Italiana pronto fue adoptado por Lippi que dijo de él: Es el líder silencioso que habla con los pies. Ese líder silencioso fue el que llevó a Italia a la máxima consagración mundialista después de 24 años. Lesionado Totti, con un Del Piero alejado de su plenitud, y sin los "bombers" que caracterizaron a la Azzurra en los 90 (Vieri por caso), Pirlo fue el fútbol, la personalidad y el equilibrio que se llevó puesto a alemanes y franceses en la cita Mundial. Un año después volvía a ganar la Champions y se consagraba en el Mundial de clubes. Hoy mientras todos los lauros se los lleva su compañero Kaká, Pirlo solo piensa en llevar adelante la revolución silenciosa de su fútbol.





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