"Después de insistir (en su primer pedido no lo entendieron y le acercaron agua desde el banco), llegó una gaseosa cola con el azúcar necesario como para reanimarlo un poco. Igual, físicamente no estuvo al 100%. Y futbolísticamente tampoco, más allá de algunos pases que dio y que son su marca registrada...... Y demostró que puede tener 9/6 de presión arterial (o menos) y ser distinto". Faaaaaaaa...
Sobre la Violencia.
Lo único que voy a decir de la violencia es que repudio la actitud corporativista de algunos periodistas (Varsky por ejemplo, ayer en fútbol de primera), aunque esa actitud sea involuntaria y provenga simplemente de no haberse sentado 5 minutos a reflexionar sobre lo acontecido. El siga-siga del "espectáculo" lo único que entraña es la naturalización de la muerte y la violencia. Es cierto que no hay estructuras para prevenir la violencia, para juzgar y condenar a los culpables. Nadie tiene en claro que es lo que hay que hacer. Hay muertes del fútbol de hace 10, 12 años que todavía no han sido aclaradas. Que siguen impunes. La violencia es un hecho cultural y si 40.000 personas van a una cancha con la decisión de matarse, ningún operativo policial por perfectible que sea lo puede evitar. Pero es falso que el folclore del fútbol este arraigado a la violencia. El folclore viene con el fútbol, la violencia no. La violencia excede al fútbol y proviene de la degradación de los valores por parte de una sociedad en decadencia. Que no entiende que hay un límite en el respeto por la vida del otro. Se puede transitar el folclore sin llegar a trasponer ese límite. Actuar como si nada frente a la muerte (sea esta la 49º en los últimos diez años) termina no solo siendo funcional a los tristes valores imperantes, si no a aquellas autoridades que utilizan la violencia para provecho propio. Que se benefician de la falta de rigor investigativo, de la rutina de impunidad, del condenable "siga-siga" . La "Empresa" que transmite los partidos, la AFA, y las autoridades políticas nacionales no han hecho nada para erradicar ese escenario. Para entender que la violencia no se erradica subiendo el precio de las entradas, poniendo mas policías o no dejando entrar banderas. Que la violencia abarca a toda la sociedad y no es comprendida en su magnitud ni por el discurso de la derecha ni el de la izquierda. Que no es reducible a un fenómeno de tribuna. Que no entienden que cualquier metodología para prevenirla es incompatible con políticos y dirigentes que solo utilizan el deporte para enriquecerse descaradamente.
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