"Dos futbolistas, los dos argentinos, los dos bajitos, los dos delanteros, ocupan las portadas de la prensa deportiva de hoy. Uno, porque acaba de marcar otro gol del siglo. El otro, porque acaba de meterse un gol en propia puerta. Me refiero a La pulga Messi y al conejo Saviola. Hay muchas semejanzas entre ambos pero les separa un abismo. Saviola ha tenido que ofrecerse a la baja después de tres años dando tumbos por el fútbol sin terminar de cristalizar en el gran futbolista que auguraba su cotización de hace unos años. Cotización inflada por unos pésimos negociadores, que pagaron cuatro veces más por el Pibe de lo que el Valencia pagaba por El Payaso Aimar. Éste sigue hoy en la selección argentina mientras Saviola acaba de sufrir la humillación de ser excluído de la Copa América para dejar su puesto a otra alma en pena, Juan Román Riquelme. Pero, basta de hablar de Saviola, que en el Madrid ocupará la vacante de Cassano y será, tras Van Nistelrooy, Higuaín y Soldado, la cuarta opción...hasta que en diciembre alguien acuda a su rescate y proponga una cesión. Hablemos de la estrella emergente, del astro rey del fútbol, del hombre del día, de Leo Messi. Sus habilidades, su genialidad, su inventiva, causan un creciente asombro a cada partido porque van acompañados de fuerza, de potencia, decisión, ilusión, atrevimiento…Cuando hablo de que es el momento de vender, excluyo a Eto’o pero sobre todo a Messi, el gran intocable de nuestra plantilla. Pero Messi es intocable porque no tiene precio, no hay nadie que pueda pagar no ya su cláusula de rescinsión sino lo que realmente vale. ¿Seis veces lo de Pepe? ¿cinco veces lo de Anderson? Imposible ponerle precio porque no lo tiene. Es como si alguien se propusiera vender la Sagrada Familia". (Enric Banyeres)
8 millones de catalanes hoy tienen cita con el próctologo.
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