Monday, April 20, 2009

Corazón valiente


Podrías estar hoy mismo en alguna ciudad perdida de los Estados Unidos (onda Columbus), viviendo de arriba y viendo caer billetes. O quizás en Arabia, Qatar, Rusia, México o cualquier otro destino exótico, con sus hoteles seis estrellas, sin presiones deportivas ni de ningún otro tipo. Pero no. Elegiste el camino sinuoso, un segundo regreso al club que amas y del que ya conocés sus desmanejos por haberte comido el garrón de una primera vuelta gloriosa que no fue, y en el que seguís teniendo (algunas cosas siguen igual o peor) mucho mas para perder que para ganar. Con los amnésicos y desagradecidos en contra, al límite de tus posibilidades, poniendo en riesgo tu físico, no son pocos los partidos en los que debés jugar infiltrado, además de ser demasiadas las ocasiones en las que ese esfuerzo admirable (venís de una operación y los rivales te dan sin piedad) caen en un costal vacío de un equipo joven y rudimentario que todavía no te puede aprovechar del todo. Para peor, hace poco fuiste víctima de un asalto armado. Vos que conocés la seguridad de haber vivido en Monaco, París, o Washington. Siempre fuiste alguien valiente que afrontó las complicaciones y dijo lo que pensaba. Con coraje para ponerte la 10 de River con 16 años. Para asumir que quizás el destino te iba a jugar una mala pasada: por distancia generacional, como mueca trágica tus mejores años de carrera profesional iban a quedar lejos de los Ramones y Enzos que te vieron nacer/crecer. Pero siempre, siempre fuiste para adelante con una entereza admirable sin esperar nada a cambio. Como cuando fuiste a 2 mundiales a jugar menos de lo que creías, después de haber hecho goles definitorios. En esta vuelta, en TU vuelta, no tenés records publicitarios que quebrar ni ambiciones políticas que perseguir ni contratos multimillonarios que rubricar. Lo tuyo es la gloria pura. Por eso, lo de ayer es un regalo. Tu regalo, que extendés generosamente a todos los hinchas de River, que ven en vos ven ese toque de calidad que tanto hace falta y que nos permite seguir vivos e ilusionados. Para esto viniste Muñeco. Nada mas y nada menos. Gracias de corazón te lo digo.

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