Señor lector si por algún motivo alguna vez se le ocurre incurrir en la dirección técnica de un equipo profesional del fútbol argentino, sepa que debe contar con el auspicio - protección de un acaudalado empresario - dueño de medio parque de jugadores de AFA- que haga todo tipo de negocios con los dirigentes de su club, del periodismo-empresa formador de opinión y responsable del humor social de los hinchas y de la "corporación" de técnicos nacionales, poco afecto a recibir en sus reducidas filas de saca-pone, colegas que se hicieron de un nombre en otros países, inclusive de aquellos tan argentinos como Borghi y La Volpe. Sepa que la honestidad, la claridad y promoción de ideas en voz alta, a la larga le jugarán en contra. Mejor actuar en silencio. El discurso coherente es incompatible con el resultado aleatorio de los partidos, y el estilo déjelo para cuando se viste o se saca fotos en las revistas. Los jugadores responderán como soldados a ese sistema (no estamos hablando del de juego obviamente) que los alimenta de dólares y vedettes. Con voluntades tan maniqueas no se le ocurra llevar adelante ninguna revolución. Esté seguro que (junto a un grupo de árbitros cholulos y adictos) aceptarán como automatas el status quo sin recibir directamente un solo peso: quién sale campeón, quién promociona, quién desciende, quién va a las copas, y quién será premiado al final del campeonato con una jugosa transferencia a Europa: el objetivo de todos. Así es como cualquier posible "digitación" opera antes que nada culturalmente, y todo forma parte de una crónica anunciada (la violencia también). Vayamos al caso de los inexperimentados juveniles de Boca que la rompen en cancha, confirmando el domingo la tapa del Olé del día sábado. Otro aspecto a resaltar es que en todas las tribunas se dan insultos hacia técnicos y jugadores, sin embargo parece ser que los epitetos de algunas hinchadas trascienden mas que otras. En River (o mejor dicho en el Deportivo Abelairas) solo trascienden cuando se trata de redoblar-fogonear la "cargada": el famoso maiz, y las declaraciones de Ahumada. En ningún lado salen publicados los innumerables reparos que los propios hinchas hacen hacia un equipo que hace largo rato no juega a nada y ejecuta de manera horrible. Nunca en la historia ocurrió que un grupo de hinchas de un club acostumbrado a recibir humillaciones en su visita a un estadio, concurra al mismo enfundado en todo tipo de banderas, remeras y carteles, que hacen alusión a la supuesta gloria de un partido en el que ni siquiera ganaron. Moral alta o estupidez mediatica lo de la gente de San Lorenzo. El resultado: un previsible 0 a 0. Todo lo contrario ocurre en Independiente cuyo técnico esta acusado de varios crímenes de lesa humanidad. Remarcando en todo momento que le armaron un equipo de "grandes estrellas" (con "virtuosos" de la talla de Federico Higuain, Centurión, Gandín y el Toti Ríos) y que siguiendo la larga tradición de títulos del rojo en los últimos años, pareciera que está obligado a campeonar. Ahora mas allá del tratamiento mediatico si uno repasa la tabla, Independiente marcha invicto un puesto arriba del Deportivo Abelairas de Simeone, dos por encima del Banfield de Burruchaga -que también hizo un equipo nuevo con la guita de la venta de su nueve-, cuatro arriba del Velez de Tocalli (otro al que reforzaron generosamente), cinco del Newell´s de FAG que tuvo la urgencia inapreciable de echar a su anterior técnico, y ocho del Estudiantes de Sensini, el otro de upgrade abundante. Pero parece que para los medios lo de Borghi es de vida o muerte. ¡¡Que suerte tiene el técnico del Deportivo Abelairas!!!...
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